UNIDAD REVOLUCIONARIA PARA SALVAR LA PATRIA, LA REVOLUCION LAS EMPRESA
BASICAS Y A CHAVEZ
La unidad del movimiento
revolucionario se convierte en estos momento en una condición “Sine qua non”
para el avance del proceso.
El propio Chávez lo ha
dicho varias veces. La última vez, su llamado a la unidad casi fue un ruego
desesperado. La unidad de los revolucionarios no quiere decir, ignorar la
diferencia y no debatirlas públicamente, con la participación de todo el pueblo.
Las diferencias no dividen, si se saben canalizar, sirven como columnas
imbatibles de la unidad. Allí tienen el caso de lo masculino y lo
femenino. Cuando son validas y legitimas
sirven para unir y hacerlas beneficiosas.
La discusión, se convierte en una relación en que la humanidad sale empreñada
del nuevo mundo que queremos construir.
La unidad, lo he dicho en
otra ocasiones, es una bandera y como tal, cambia su significado y su esencia,
de acuerdo a quien o quienes y para que la enarbolen.
Por eso la unidad tiene
que ser en torno a una plataforma, a unas condiciones reales y objetivas. Aquí
debemos hacer de tripas corazón y apartar los sentimientos para que sea la
cabeza y fría, el buen cálculo político y visión realista de futuro lo que nos
guie.
No basta con desearla y
palmotearla, hay que construirla. Con los instrumentos que tengamos a la mano,
aun cuando estén gastados o muy manoseados. Eso es lo que tenemos.
Una de los requisitos para
construir la unidad es que los factores involucrados asuman, reconozcan que
estamos divididos y tomen conciencia de la necesidad de unirse. Ni siquiera
hablamos el mismo lenguaje y hasta hay compañeros en todos los factores que
juegan a la derrota en las elecciones regionales con la falacia de que una
victoria de la oposición, eliminaría los demás grupos. Olvidando que el plan de
la contrarrevolución es que las tropas imperialistas ocupen el territorio
venezolano y exterminen cualquier vestigio de chavismo o de socialismo. La gran
victoria de la contrarrevolución en Guayana, ha sido, por ahora, dividir a los
trabajadores y de paso a los revolucionarios. Es esa división los que les ha
permitido sabotear el Plan Guayana, crear un despelote administrativo en las
empresas básicas, obstruir al Control Obrero y a los Consejos de trabajadores,
ponerle camisas de fuerza a los Consejos Comunales, convertir al PSUV en una
Maquinaria Electoral y clientelar que solo se moviliza en función de conservar
sus empleos y solo reclama cuando ve amenazados sus intereses materiales e individuales..
Hay varias corrientes de
pensamiento, dentro del proceso revolucionario, que se disputan la hegemonía.
Eso es natural, es sano y legítimo, pero las acusaciones mutuas solo disfrazan
y/o esconden las diferencias y matan la posibilidad de discutir, para por esa
vía y mediante el debate franco y abierto desenmarañar, la división y llegar a
conclusiones y acuerdos que allanan el camino hacia la unidad. Cualquier
objetivo, cualquier plan revolucionarios eficiente y eficaz, pasa primero por
la construcción de la unidad.
Entre supuestos traidores y posibles corruptos no hay unidad posible.
Todos somos responsables
de la situación actual. Unos por omisión y otros por acción. Cada quien puso su
granito de arena para llagar a esta situación caótica y fratricida. Se trata
ahora de recogerla y no seguir echándole leña a la candela.
Creo que llego la hora de
la sindéresis y el rencuentro fecundo, de compañeros del PSUV, de los
trabajadores y de todos los revolucionarios.
1-
La primera exigencia, para la unidad
revolucionaria es que cesen las acusaciones de individualidades y/o grupos de
ciudadanos, contra funcionarios públicos sin fundamentación y sin pruebas.
2-
De
igual manera deben cesar las descalificaciones públicas, contra las personas o grupos que tienen
diferencias políticas o hacen críticas desde una óptica revolucionaria y
socialista, a los funcionarios públicos y a sus gestiones.
3-
La base de esta unidad seria la apertura, por
parte de la dirección regional y si fuera preciso, la Dirección Nacional del
PSUV y de su Presidente Comandante Hugo Chávez Frías, de un proceso de
inclusión y participación democrática, con reglas y normas negociadas y
aceptadas respetados por todos actores, que en aras de esa unidad interna, de
la salvación de las Industrias Básicas y para consolidar un incuestionable
vigoroso e indudable triunfo electoral el 7-O:
Soliciten a todos los militantes su declinación a cualquiera
candidatura divisionista, por lo cual, deben convocarse a unas elecciones
primarias y /o un consenso, para la designación, con la participación y el
concurso de todos los candidatos que se postulen como precandidatos
unificadores y que la elección de nuestro candidato, sea por coaptación por el equipo regional y
con la intervención directa del Presidente del Partido o por elecciones de base.
Algunos pueden pensar que es un camino
cuesta arriba y en realidad, sí lo es. Pero no es imposible de remontar, no es
una mera ilusión.
No será fácil construir esta unidad.
Aunque estamos a tiempo. Ya hay un camino andado en contra de la unidad,
difícil de deshacer. Sus enemigos, son
poderosos y manejan recursos, tienen armas, tienen el conocimiento y la
experiencia que a nosotros nos falta. Tienen un terreno abonado por valores y
expectativas sembradas a través de años de educación ideológica, sembrando
valores capitalistas e individualistas en una sociedad donde solo se asciende
destruyendo a tu hermano, a tu amigo a tu compañero tu camarada.
Saben despertar dudas y desconfianzas,
codicias, ambiciones, manipular complejos.
No dudo de que esta propuesta será
tergiversada y presentada, como una maniobra en contra de unos u otros, de los
actores políticos de la actual coyuntura. No importa. Ya lo han hecho muchas
veces. No faltaran los figurones y
pescadores en rio revuelto, tratando de colarse por los palos, ni los enemigos
de la revolución, descalificando la unidad de los revolucionarios, tratando de
descalificarla con acusaciones infundadas y aplicando lo de “a Dios rogando y
con el Mazo dando”. No importa. Si somos libres y estamos claros políticamente,
la unidad triunfará. Divididos, como estamos, cualquier candidato, sea quien
sea, perderá las elecciones regionales. Desechemos el triunfalismo, las
fanfarronadas y bravuconerías de “perro cobero”. Porque no es solamente una
gobernación lo que está en juego. Debemos negociar políticamente. Si es
necesario hacerlo con el diablo, así como lo está haciendo Chávez con Uribe,
con él lo haremos. Y que Dios nos agarre confesados.
Los invito a todos, estos y aquellos,
a los trabajadores de las Empresa Básicas y militantes del PSUV, a los
militares y a los civiles revolucionarios,
a pensar con su propia “cabeza
fría” a desechar el triunfalismo y el exceso de confianza en las propias
fuerzas. A trabajar con sinceridad por
la autentica unidad revolucionaria, a luchar por una victoria socialista
estratégica en los próximos procesos electorales, para salvar a Chávez, a la
Revolución y a las Empresas de Guayana.
Finalmente debo señalar que a partir
de análisis aritméticos de los resultados en las últimas elecciones regionales
y según “cuentan” las encuestas, ganaremos
las elecciones presidenciales, pero no obtendremos el margen suficiente, para
neutralizar la campaña desestabilizadora que imperialismo planea desatar contra
Venezuela.
Lo hicieron en Nicaragua a pesar del
60% de voto obtenido Daniel Ortega se atrevieron contra Rusia. Tal como lo dice
Toby Vaderrama sin que por eso no vayamos a sentir el ombligo del mundo. “aquí
en Venezuela, ocurre la más importante confrontación entre fascismo y
socialismo, no hay en el planeta batalla más importante. Siendo así, es deber
de los revolucionaros del mundo, de los auténticos, lo que aun creemos en la
posibilidad de un nuevo mundo de un nuevo hombre construir esa unidad, para
mantener vivo este proceso. Esta esperanza…
José Machete.
No hay comentarios:
Publicar un comentario