viernes, 1 de julio de 2011

Fecha de creación 21/05/2001 07:20                                                                          
                                                                         AMOR CON AMOR  SE  PAGA

Algunos amigos me han me han preguntado ¿ Porqué sigues defendiendo a Chávez? Pareces un ánima solitaria entre tantos detractores del gobierno. La respuesta es bien sencilla.
Creo que la mayoría de los que opinan contra el gobierno de Hugo Chávez Frías no tienen razones válidas para cuestionar el proceso de cambios que avanza. Con muchas dificultades, es cierto, con errores y omisiones injustificables. Pero nadie puede afirmar gratuitamente, que no es democrático. Que no es pacífico. Que suprime alguna forma de libertad. O que no intenta gobernar defendiendo los intereses populares. Leo una página publicada en un diario de circulación nacional,  firmada por Alberto Quirós Corradi,  “Patología de un Conflicto”. Dedicada a la huelga de Sidor y encuentro expresadas claramente, las verdaderas razones que tienen los sectores políticos que se oponen a los cambios y a la consolidación, de un gobierno que trata de gobernar en favor de los trabajadores, de las mayorías olvidadas, que siembra las bases de un nación para hombres libres.   Corradi, como buen  vocero de la oposición adicta al fraude, al chantaje, a la coacción y a la imposición contra los trabajadores,  le critica al gobierno que se ponga a favor de Sutis, de los trabajadores de Sidor. Eso es todo. Quieren un gobierno que intervenga siempre, a favor de empresarios atrasados, a quienes solo les interesa el monto de sus ganancias. Que utilice su fuerza, y su influencia contra el pueblo, contra los indefensos, contra los que sudan su pobreza pero producen riquezas para otros.  En ese intento quieren atemorizar a la llamada clase media y algunos factores internacionales con el fantasma del comunismo pero le hacen la cama, a cualquiera que quiera imponer una dictadura al estilo de Pinochet que ahogue en sangre, las esperanzas de los venezolanos que de una u otra forma aspiramos vivir en un mundo mejor.
Defiendo y seguiré defendiendo el derecho a ser libres. Ningún pueblo pobre puede ser libre. Es mentira que la libertad y la miseria pueden coexistir. El camino hacia la libertad pasa por alcanzar las metas del bienestar colectivo. Donde no existan “niños de la calle” ni ancianos recogiendo latas, ni madres abandonadas, ni padres irresponsables. Ni personas que vivan de la miseria ajena. Defiendo y seguiré defendiendo la esperanza, los sueños de los que lucharon y siguen luchando por una Venezuela libre y de los venezolanos. Soberana, independiente y Latinoamericana.
Los cogollos de la Iglesia que jamás consultan a nadie. Que toman todas sus decisiones desde la cúspide de sus direcciones. Que no conocen ni practican la democracia. No pueden, no están autorizados para pontificar ni dar consejos sobre democracia ni sobre relaciones sexuales sanas y bilaterales. Los cristales por lo que miran están deformados por siglos de incomprensión y de intolerancia que los han alejado de las mujeres y de los hombres de este mundo. Deberían opinar. Por ejemplo, sobre los programas de televisión mañaneros que nos tratan de inculcar, o en todo caso de reforzarnos, las creencias en la hechicería, en la brujería en las predicciones del horóscopo, en los juegos de azar. En fin,  en  fáciles y mágicas soluciones a los problemas cotidianos. En una vana ilusión divorciada del trabajo, de la constancia, de la perseverancia, de la confianza en el hombre y en las facultades que Dios le concedió para que se construyera  a su imagen y semejanza.
Durante muchos años fuimos peones en el ajedrez de los EEUU. Nuestros votos estaban amarrados a las políticas y a los intereses internacionales de gran país del norte. Lo único que logramos con esto fue acentuar nuestra dependencia y un intercambio comercial escandalosamente desigual que intensifico nuestra condición como país productor de materias primas a precios de gallina flaca para la gran industria del Norte. En todos esos años renunciamos a nuestra independencia, a nuestra soberanía. Nuestra autodeterminación política fue mediatizada, condicionada por los intereses económicos de las Naciones súper desarrolladas de Hemisferio Norte. A cambio creció nuestra pobreza, nuestra falta de conocimientos, nuestro atraso tecnológico y cultural. Dirán que fue culpa nuestra y tienen toda la razón del mundo. Por eso es necesario avanzar sin temor, sin miedo al que dirán los intrigantes de oficio, los pacatos que durante años no tuvieron el menor recato en vender su dignidad y el futuro de los demás por las cuatro monedas de Judas.
En fin, si tengo que escoger me quedo con la alegría y la satisfacción de luchar por el amor y la felicidad, por la libertad y la democracia,  por los trabajadores que conscientemente construyen una nación, un país, un trozo de tierra para sembrar su amor, su futuro y el de sus hijos.  Si para mantener esa posibilidad es necesario defender al Presidente Hugo Chávez Frías con mucho gusto lo seguiré haciendo.

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