viernes, 1 de julio de 2011

ENTRE LA VERDAD Y LA ANGUSTIA

Fecha de creación 08/07/2002 9:26:00                          
                                    ENTRE LA VERDAD Y LA ANGUSTIA     


“La verdad, en veces es llaga, en veces;  alivio es. Es arrogante y salvaje. Su grito se oye en cielo...                a veces llora el que canta y el que llora canta más”.
                                                           MARTÍN FIERRO
Esta es una reflexión dedicada  con mucho respeto y consideración, especialmente a todos los periodistas.
No siempre los hechos son prueba suficiente, fiel y única de la verdad. Detrás dc cada acción, de cada hecho hay motivaciones y circunstancias que matizan los hechos y hasta invierten el sentido de lo que expresan.  Lo que muchas veces,  hace que la verdad cambie, se torne difusa, difícil de encontrar. Pero la verdad existe,  aunque se alterne muy a menudo con otras verdades o con mentiras, y no sea eterna. Esta fragilidad la convierte en un término, que oralmente es relativamente fácil de manipular. Basta con cambiar una palabra, modificar o agregar un gesto, un acento, una mirada para convertirla en una gran mentira. Paradójicamente la forma más eficaz de engañar es con la verdad,  pero al mismo tiempo es la más cruel, porque nos convierte en incrédulos obstinados, en hiper-realistas incapacitados para soñar e imaginar espacios y tiempos que recrear o crear.  Envenena nuestra autoestima y nos quita la fe y la confianza en nuestros semejantes. Una mentira limpia, clara por todo el cañón, con todas las de la ley, es una mentira y nada más. Una mentira disfrazada con la verdad va mucho más allá de un simple engaño. Es un golpe bajo a la naturaleza virtuosa del hombre, que lo llena de dudas, que lo extravía en su propio país, lo aleja de su familia, de sus amigos, le confunde sus ideas, le crea ceguedades y enfoques falsos. Es una forma de trastorno psíquico que nos crea un estado de ansiedad y desesperación subconsciente y nos induce a liberarnos de su influencia como sea, sin medir con racionalidad, las consecuencias de utilizar cualquier medio. Esto si lo vemos en toda magnitud y implicaciones también puede ser un crimen de Lesa Humanidad. Algunos intentar evadir su responsabilidad se emborrachan,  se drogan o se hacen los ignorantes, los que no ven, los que no oyen. Se escudan con la bandera del libre arbitrio de su pensamiento lo cual también es una verdad que les  sirve para seguir engañando. Así, siempre el remedio es peor que la enfermedad, aunque los adictos, los sicópatas y los viles lo hacen una y otra vez
En estos tiempos de crisis, de forcejeo entre intereses sociales y económicos que están fuera de nuestro horizonte individual, la verdad la debemos buscar cada uno de nosotros con nuestras propias herramientas, con nuestro propio criterio y la podemos encontrar sin encandilarnos por las apariencias ni el brillo fatuo de personalidades públicas que alardean de conocimientos, que solo utilizan para apuntalar engañosas e interesadas predicciones de dramáticas catástrofes políticas, económicas y sociales si este gobierno termina su periodo constitucional y continúa perfeccionándose y profundizándose la democracia con participación directa de todos los ciudadanos. 
Más allá del oficialismo tremendista, huraño e infructífero,  de la oposición desaprensiva, irresponsable, desmemoriada,  que no miden las consecuencias de sus discursos llenos de incoherencias, que invocan a La Constitución y a la Democracia pero atentan contra ellas. Algunos la desconocieron y la violaron sin el menor pudor ni la mínima consideración, que no se paran en menudencias para incitar a otro intento de golpe de estado y amenazar a todo el mundo con desastres económicos y catástrofes sociales, con guerras civiles y matanzas de gente.
Más allá de todo, esto existen los venezolanos. Seres humanos que sentimos y pensamos con nuestra propia cabeza. Que buscamos la verdad aunque a veces no sea la que esperamos y deseamos. Algunas las hemos encontrado en lo que dicen o dejan de decir los actores principales, el gobierno por un lado y la oposición por el otro.
Una de las verdades meridianas irrefutable es que ambos, gobierno y oposición, son responsables de lo que pasa en Venezuela.  Otra es de que en Venezuela existen, pésele a quien le pese, libertades públicas, libertad de información y respeto a los derechos humanos. Si el gobierno es incapaz, carece de los conocimientos técnicos, de funcionarios públicos calificados tiene un lenguaje intensivo, que algunos califican como agresivo, pero sí  contribuye a la pugnacidad política. Si bien es cierto que fuera del contexto, este discurso no encarna a la violencia, ni mucho menos es cierto que sea el generador principal del pregonado clima de violencia que existe en el país, sin embargo, para decirlo en términos boxísticos  “hay golpes que lo único que hacen es irritar al contrario pero no lo debilitan, si acaso lo desesperan y lo hacen perder la serenidad”. Esto es válido para los dos contendientes, para el que los recibe y para el que los propina. Hay cosas, hay verdades que, por sabidas, no es necesario ni conveniente machacar.
 Por ejemplo: La presentación de videos y conversaciones telefónicas grabadas como prueba de hechos o delitos es una necedad, después de haber visto películas con los más increíbles efectos especiales cualquier cosa puede ser visible mediante la magia del cine, las afirmaciones de que el  Presidente es un criminar de Lesa Humanidad, un malversador de fondos públicos sin juicios previos ni pruebas; o las de golpistas y Traidores a la Patria a cualquiera que disienta del gobierno, son estrepitosas exageraciones pocos serias, por decir lo menos. La caterva de juicios incoados contra el gobierno, lo cual es otra prueba del imperio demócrata que existe, no tiene otro propósito,  que el de recalentar el ambiente político y crear la sensación de que el gobierno de Hugo Chávez Frías está caído,  para prolongar la parálisis económica y continuar el bloqueo de la economía, que mantienen algunos poderosos sectores sociales y económicos aterrorizados por los grandes titulares de la gran prensa.  Otros con la clara intención de recuperar las prebendas y prerrogativas que tuvieron en el pasado,  en complicidad con algunos partidos políticos,  tienen semiparalizada la economía del país. ¿ Hasta que se vaya Chávez? Creo que eso está lejos todavía, al menos por una vía pacifica, democrática y Constitucional. Año y medio por lo menos le falta. Pero mientras tanto nos estamos perjudicando todos. Claro que los mas afectados somos quienes no tienen más capital que su capacidad de trabajo,  porque aunque vivimos más apretados y a duras penas nos alcanza el sueldo, pero no estamos perdiendo capital. Son los inversionistas, los comerciantes a quienes ha estado dirigida toda la campaña terrorista y sicológica para que no inviertan. No es la primera vez que esto ocurre en Venezuela, esa es la forma como algunos empresarios presionan a los gobiernos para lograr sus objetivos y oponerse a los cambios que, según ellos, lesionan sus intereses. Así pasó con el gobierno del General Medina Angarita, con el de Rómulo Gallegos, incluso con el de Rómulo Betancourt a quienes también acusaron de comunistas y todos deberíamos saber lo que realmente había detrás de lo quedó demostrado, eran falsas acusaciones. Hoy en día los enemigos de los empresarios no es el comunismo; es el hambre, la miseria y las injusticias sociales que se expanden por todo el mundo especialmente en los llamados países subdesarrollados o dependientes por lo que entre todos, tenemos que buscar y encontrar soluciones, efectivas y adecuadas para estos problemas que sí son verdaderas amenazas a la paz y a la tranquilidad.  Creo que el único país del mundo donde podría instaurar hoy un auténtico régimen comunista,  es en los EE.UU. En todos los demás son puras  especulaciones, algunas de ellas interesadas en frenar el progreso económico y la independencia de las naciones.  El gobierno venezolano, hay que decirlo, en honor a la verdad, ha hecho esfuerzos para darle seguridad y confianza a los ciudadanos, especialmente a los empresarios, sin embargo, todavía muchos siguen influidos por los analistas económicos y propagandistas políticos alumbrados por los vaticinios del desastre, que ellos mismos propician,  cuando incitan a la parálisis comercial; pero invitan a invertir en la mejor torre comercial o edificio de apartamentos construida en Valencia, o en la mejor forma de comunicación celular, o en el mejor automóvil del mundo, o a festejar cualquier evento en uno de los más caros restauran de Caracas. Allí hay gato encerrado. Si realmente fuera verdad lo que pregonan acerca del caos, la inseguridad económica de Venezuela y el comunismo que se está implantando, porque invitan a invertir en Venezuela. Una cosa o la otra. Si yo manejara la pauta publicitaria de cualquier empresa no contrataría a este tipo de personajes para dar promover alguna mercadería ¿No será que quieren toda la torta para ellos? No sería la primera vez que unos empresarios desplazan, mediante buenas o malas artes, a los que se quedan en el aparato y no tienen ni visón ni coraje para arriesgarse e invertir en el momento y en el negocio adecuado.

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